El trabajo ambulante ha sido una característica histórica de los pueblos latinoamericanos, desde mucho antes que se constituyeran los estados, los pueblos indígenas viajaban largas distancias para intercambiar sus alimentos. Cuando aparece el estado, se extiende la colonización y el extermino de las culturas ancestrales, la actividad del intercambio fue mal vista y los pueblos indígenas comenzaron a adaptarse por la fuerza, aun así, en la actualidad podemos ver como las Mapuche en Temuco siguen viajando grandes distancias para intercambiar sus alimentos, pero ahora por dinero. Hay innumerables registros de la policía persiguiendo a las Mapuche, golpeándolas y destruyendo sus alimentos, medida de persecución al trabajo ambulante que en todo el país lleva el sustento a miles de familias y que el estado le declara la guerra porque no paga impuestos.
Pensamos que cuando la represión estatal se deja caer sobre trabajadores, la solidaridad debe ser inmediata, y no hacemos diferencia entre la Mapuche que históricamente ha realizado esta actividad, a compas que venden comida en la calle, y trabajadores que venden diversos productos en la vía púbica.
El día 4 de abril de 2019 la policía perseguía, golpeaba y detenía a trabajadores ambulantes en Santiago, producto de esto es atropellado por un bus el trabajador Alberto Picuasi, lo que provoca su lamentable deceso. Muchos trabajadores ambulantes -el SOV incluido- se acercaron al lugar de los hechos, conociendo y conversando con sus familiares y testigos. Trabajadores ambulantes de todo el país mostraron solidaridad con el compañero Picuasi, se realizaron jornadas de protesta durante varios días, recordando al trabajador y exigiendo justicia. Al pasar las semanas, no se habló más de su caso y volvió la persecución violenta contra el trabajo ambulante, represión que continua.
La muerte de Picuasi es responsabilidad de la policía y la municipalidad de Santiago. Luchando y trabajando sin persecución, lo recordamos.
Al mismo tiempo, denunciamos la violación sistemática a los derechos humanos que el estado chileno viene ejerciendo a través de sus policías y militares en el marco de las protestas iniciadas en octubre de 2019.
En las calles nos encontramos.
¡Trabajar no es delito!
¡Un ambulante más, un cesante menos!
¡Arriba l@s pobres del mundo!